Estudio Bíblico

¿Quién dice la verdad?

"Entonces, si alguno os dice: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Mirad, allí está”, no lo creáis, 24porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos."
Libro de Mateo capítulo 24 versículos:23-24.

Casos de la vida real:
Voltaire, escribió 250 publicaciones, la mayor parte de ellas en contra del cristianismo. Es lógico pensar que un hombre con tanta preparación como inteligente debería permanecer fiel a sus convicciones a la hora de la muerte; pero la historia sobre este hombre nos indica que no fue así. Él dejo una declaración firmada en la que pedía a Dios perdón por sus pecados. Su amarga queja era que había sido abandonado por Dios y por los hombres. Con frecuencia durante los días que precedieron a su muerte gritaba: "¡Oh, Jesucristo!". Su médico y la enfermera (Marechal de Rechelieu) salieron del cuarto porque dijeron que no podían ver una muerte tan horrible. Algunos decían que si un ateo tan convencido no pudo resistir a Dios en su muerte, es una evidencia poderosísima de que hay un Dios.

Un hombre de cultura y talento como Voltaire supo encontrar los puntos débiles del cristianismo pero también hallo los puntos fuertes, y aunque paso por encima de estos, despreciándolos, en su afán como un escritor valiente, cuando la muerte le parecía lejos, no pudo olvidar las verdades que antes había desestimado, cuando ya no tenía necesidad de mantener su prestigio ante el mundo y veía abrirse las puertas de la eternidad. Un refrán dice: “la hora de la muerte es la hora de la verdad”. ¿Cuántos en el mundo actual nos parecemos a Voltaire?

El mundo está lleno de enfermos del alma, así que busca remedios materiales como espirituales tanto rápidos como económicos. Con respecto a lo espiritual, los humanos se acercan a las diversas doctrinas sin percatarse del contenido de las recetas de cada una. Lo primero que tratan de hacer para estar bien con Dios es convertirse o seguir una religión, o simplemente quedarse con la duda o conformarse cómo está. A través de los años, el mundo ha tratado de hacer de Dios una religión y proclamando que su doctrina es el camino, la verdad y la vida para llegar aquel paraíso del cual muchos hacen especulación. Sin embargo después de un tiempo, la gente o se aparta de esa religión, la lleva a medias (a conveniencia) o cambia porque surgen muchas dudas con respecto a lo que se hace y se dice en aquella congregación.

El mundo ha sido lastimado por los diversos dogmas, tradiciones y costumbres como también los mismos líderes espirituales (llámese sacerdote, pastor, reverendo, etc.) en sus ministerios porque olvidan la realidad de su mal, que es confiar en la palabra del hombre y no en la de Dios. Sus almas se han detenido solamente en las cosas del mundo sin entender la importancia de la mejor recomendación que un Hombre nos dejó (Jesucristo) “…busca primeramente el reino de los cielos y todo lo demás te vendrá por añadidura”. Por otro lado muchos quieran o no, se han dejado influenciar por las diferentes denominaciones del mundo basándose sólo en las tradiciones y costumbres como su verdad, que sin embargo Dios mismo por medio de sus siervos desde 1500 años antes de Cristo como después, nos dejó Su Palabra.

Pero por la pereza y la desidia del hombre que ignora u olvida que en Su Palabra hay muchas promesas de bendición que se pueden recibir gratuitamente sin la necesidad de realizar supuestos ritos, sacramentos, y sacrificios que las religiones a veces exigen para poder pertenecer a ellas, sin comprender que Dios condena muchas de estas y aun otras son totalmente inútiles, que no dejan de ser una religión. Las religiones del mundo han preferido negar la mayoría de las promesas que Dios nos ofrece, en vez de negar sus propios intereses y exigencias. Han preferido disculparse, dándose por vencidas con una frase como "que sea lo que Dios quiera" (en vez de arrepentirse sinceramente y buscar con más fervor al Verdadero Dios). Otros suelen decir "es que todavía no estoy listo para buscar a Dios" se conforman con su religión creyendo (porque no lo han confirmado) de que todas las religiones son buenas porque según todas llevan a Dios o simplemente para no esforzarse declaran ser ateos (mientras no se encuentren como Voltaire). Aun otros se ocupan sólo de las cosas materiales afanándose lograr sus metas por su propia cuenta en vez de buscar primero al Reino de los Cielos para que sus metas sean más seguras y sobre todo que lleven la bendición del Todo Poderoso. ¿Te suene familiar esto? La falta de investigación, para comprobar si estamos en el camino correcto o no, hace que como humanos caigamos en fantasías que muchas veces en lugar de acercarnos a Dios nos alejan. Esto se puede comparar con aquellos que esperan o están siempre pendientes de supuestos milagros y que si se analizan un poco, el resultado suele ser un tanto absurdo. Un ejemplo (hay muchos), aquí en México en septiembre del año 1997, en un noticiero filmaron la aparición de una virgen en el Municipio de Atizapán de Zaragoza. En este reportaje, se mostró la fidelidad de los fieles al poner veladoras y flores alrededor de ella haciendo sus rezos. Hasta entrevistaron a un sacerdote que después llevo a cabo un culto religioso en el lugar. Lo triste (en esta oración de este tratado es una opinión personal) es que donde estaba esta supuesta aparición era dentro de un mingitorio perteneciente a una cantina. Dios, Jesucristo nos invita a que reflexionemos para no ser engañados al dejarnos dicho:

"Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí."
Libro de Juan, capítulo 5, versículo: 39.

Al estudiar la Biblia, antes de la venida de Jesús, nos daremos cuenta que no solamente en nuestros tiempos se hacían cosas pensando que están bien (por sus tradiciones) sin haberlas confirmado, al ver lo que le dijo Dios a Óseas: "Mi pueblo se ha destruido, porque le faltó conocimiento…"
Libro de Óseas, capítulo 4, versículo: 6.

En el mundo hay muchos, que aunque tengan su religión, leyendas, tradiciones y costumbres no conocen a Cristo Jesús con la excepción de lo que han oído o porque así se hace en su congregación. Están tan amalgamados que no ven más allá de lo que pueden ver sus ojos, sin embargo ¿cuántas veces el mundo (tú o yo) ha tenido algún problema grave y claman a Dios directamente, sin la intervención de algún medio o persona (santo o virgen) y el Señor contesta en un determinado tiempo (si es que no de inmediato), para luego olvidar lo que Él hizo por nosotros? Así muchos en el mundo no comprenden que para tener una prolongada comunión con Dios es necesario dejar lo falso (las fábulas, fantasías, leyendas que en su mayoría no se sabe de donde son o quienes son) para tener lo verdadero. Por esta razón, para no equivocarnos, Jesús nos dejó dicho: "Yo Soy el Camino, y la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre, sino por Mí".
Libro de Juan, capítulo 14, versículo: 6.

En otras palabras, nuestro Señor se basta por sí mismo, sin la ayuda de nadie, mucho menos de alguna religión, medio material o intercesor para expresar Su Gloria. Es difícil entender esto si desde niños es lo único que conocemos pero está al alcance de todos recibir a Jesucristo como Él nos lo indica en la Biblia si hay una sana y sincera disposición de llevarlo en el corazón, no de vez en cuando sino siempre. 26 Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…
Libro de Génesis capítulo 1, versículo: 26

Tal vez la manera en que se pueda entender el amor que Dios nos ha mostrado a través de Su Hijo Jesús es con este versículo. ¿Cómo? Esto será más fácil si eres una Mamá o Papá que ama a sus hijos. Como semejanza de Dios (Elohim), no podemos evitar querer lo mejor para nuestros hijos lo que implica que tengamos que disciplinarlos así como instruirlos. . Por esta razón, Dios jamás dejo una religión o tuvo alguna preferencia religiosa. Lo que Él nos dejó, fue Su Palabra, la Biblia, donde podemos confirmar (si es que hay disposición) todas nuestras creencias y tener la plena confianza si debo pertenecer a cierta religión u orden para algún día poder vivir en la presencia de Cristo.

Por mucho que juren tener la verdad absoluta (la iglesia que sea), siempre se podrá confirmar cualquier creencia, fe o religión si es cierta o no, con la Palabra de Dios. Sólo hay dos caminos, el que tú crees que debe ser o el que te ha proporcionado tú Creador. Hay libre albedrío ante el Señor, pero desde luego la decisión que se tome tendrá su consecuencia. Dios mismo se despojó de Su Gloria para venir como un hombre (Jesús) y mostrarnos que si es posible cumplir Su Palabra (aunque no es fácil) y recibir la vida eterna que Él promete; habiendo un sincero arrepentimiento, una sincera confesión sobre el Nombre de Jesucristo y un sincero Bautismo por cuenta propia en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por esta razón (Su Amor por nosotros) Dios nos dejó Su Palabra, NO para tomarla a la ligera o cambiarla a nuestra conveniencia, sino para que todos en Cristo Jesús recibamos la gran promesa. Considera con seriedad los siguientes versículos:

16 "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. 18 El que en Él cree no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: la Luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, porque sus obras eran malas, 20 pues todo aquel que hace lo malo detesta la Luz y no viene a la Luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. 21 Pero el que practica la verdad viene a la Luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios."
Libro de Juan, capítulo 3, versículo: 16-21.

Quisiera hacer una aclaración sobre este escrito; definitivamente no se escribió para ofender o agredir cualquier religión, sea la más poderosa del mundo o la más débil. Es un llamado para todo aquel que predique algún tema sobre Dios, se considere ser un siervo del Señor o practique alguna de las religiones del mundo, o tal vez ya sienta la necesidad de acercarse a Dios y no sabe a dónde voltear, a NO conformarse con las tradiciones y costumbres porque así es más fácil o porque alguien dijo que así debe ser; a creer en aquel que hable o predique muy apasionado o bonito… sino de conocer, confrontar y verificar por si mismos lo que piensen, sientan y crean pero siempre conforme a aquella Palabra que en el mundo la reconocen como la Palabra de Dios… ésta nos ha llegado por escrito y no por una boca humana.

Esta Palabra sólo se encuentra en un libro conocido como la Biblia. Dentro de las diversas religiones del cristianismo, algunas la han adaptado para su propia conveniencia religiosa. Hay una manera fácil de solucionar esta problemática; busca siempre la más antigua en nuestro idioma y que esté traducida literalmente del hebreo-griego. En los países de habla hispana sólo hay una conocida que cumple estas características: la versión de la Reina-Valera del año 1569. Todas las demás tienen más de cuatro traducciones y son de fechas muy posteriores. Es muy fácil culpar a los demás por nuestras fallas, pero pregúntate, ¿podré engañar a Dios? Si me permites contestar, ¡NO lo creo! Cuando Cristo dice "Ven sígueme cargando tu cruz" nos hace primero una invitación de estar en Su presencia conforme a Su Palabra para no errar en nuestra vida, y el cargar la cruz no significa que deba usarla como arete, collar o adorno casero, sino que esta frase en aquellos tiempos se refería a que cada cual es responsable de su propia salvación. La decisión es propia y sólo de valientes que están dispuestos llegar a conocer, comprobar y vivir la Palabra de Dios, dejando toda creencia errónea. Esperando que te des la oportunidad de aprender y recibir lo que tanto deseas, no conforme a los hombres pero en el nombre de Cristo Jesús (Su Palabra – La Biblia).